El Cacao. Orígenes de la Real Compañía Guipuzcoana de Caracas

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El cacao

A principios del siglo XVIII, Venezuela producía mucho cacao, exportado por la ruta de los galeones de la poderosa Flota de Indias que trasladaba los tesoros americanos, vía Portobello y Veracruz. Los holandeses, muchos de ellos de origen judío, fueron asentándose en las deshabitadas islas de Aruba, Bonaire y Curazao. Esto obedeció a que los españoles trasladaron a Puerto Rico a sus aborígenes para la extracción de cobre. El comercio entre las tres islas y Venezuela se fue tornando floreciente y democrático, porque los holandeses pagaban de contado, y mejor aún, pagaban con productos que no se conseguían en el país. Hacia 1715, los holandeses ya imperaban desde Chichiriviche hasta Chuao. Traían productos manufacturados entre los que destacaban el aguardiente, harina, paños, pólvora y armas. A cambio, llevaban cacao, tabaco, alimentos frescos, mulas, carey de tortuga y cueros de ganado vacuno.

Los grandes cacaos

El gobernador los puso en prisión y es allí cuando Pedro redactó el informe que sirvió de base para mostrar la situación de Venezuela y su potencial económico. Habiendo sido muy generoso con dos frailes antes de ser apresado, estos religiosos convencieron a los Mantuanos de que Olabarriaga era un buen hombre y de palabra, por lo que debía ser tenida bien en cuenta su oferta de conseguir la creación de una compañía que fuese capaz de mandar el cacao directamente a la península. La oferta era muy tentadora debido a que los márgenes de ganancias se duplicarían, como mínimo. La capacidad técnica, económica y militar de los“vizcaínos” eran un hecho consumado y constantemente probado, tal y como acababa de suceder en 1719, con las defensas de Hondarrabi y Donostía, frente aun ejército de 16.000 soldados, secundado por la mejor artillería de la época.

Funcionarios mal pagados

Venezuela dependía jurídicamente de la Audiencia de Santo Domingo; política y militarmente del Virrey de Nueva Granada pero la realidad del día a día estaba en manos de un sector social denominado Grandes Cacaos o Mantuanos. Los funcionarios al servicio de la corona de Castilla estaban mal pagados y peor atendidos. ¿Será en estas épocas que nació el “cuanto hay pa eso”? El contrabando galopante hizo que el Virrey enviase dos auditores, uno de los cuales, Pedro de Olabarriaga y Urkieta, era natural de Arrazúa en Bizkaia.

Dicho y hecho; destituyeron al gobernador por corrupto y sacaron de la cárcel a su acusador, Olabarriaga. El Consulado de Bilbao no se interesó en la propuesta de don Pedro como no se había interesado en la concesión de un monopolio el año 1633. Alguna buena razón habría para que los Welser no hubiesen podido hacer carrera en Venezuela. Como buen vasco, convencido de lo suyo, llevó su proyecto al consulado de San Sebastián.

Detalle del almacén principal situado en el puerto de La Guaira. Obsérvese la riqueza ornamental del maderamen, en especial de los solivos.

De su “Instrucción general y particular del estado presente de la provincia de Venezuela en los años de 1720 y 1721” podemos aprender bastantes cosas vinculadas al modo de ser de los habitantes de aquella época. Por ejemplo:

“…estos Ministros (que) han permitido ocultamente la salida de los frutos de la tierra a los extranjeros, y la entrada de sus mercancías, haciendo ellos mismos este dañoso comercio (no poniendo diferencia ninguna, entre las cosas útiles, y las que son perjudiciales, entre la justicia y la injusticia, dejándose atraer por el interés y la avaricia; y no por el amor de la virtud y de la Patria)”

-“…estas conclusiones enseñaron a los vecinos de esta Provincia a buscar su interés por vías ilícitas al ejemplo de sus superiores (porque es ordinario que el genio de los vasallos se arregle al ejemplo de sus cabos, y todas las revoluciones que suceden en los estados son o la gloria o la deshonra de los que los han gobernado).

-“…Venezuela fuera una de las mejores y de las más fértiles de todas las Indias Occidentales si fuera ella cultivada, pero la flojedad de sus vecinos es tan grande que en medio de esta abundancia apenas se halla lo necesario a la vida… pocos vecinos de esta tierra trabajan porque los que hubieran de obligarlos son aún más perezosos que ellos.”

-“…tantos hombres ociosos en esta provincia, quienes no habiendo otra hacienda que la capa y espada viven de lo que hurtan, duermen donde pueden.”

“Por lo que toca al Gobierno Militar, aún estáen peor estado que el Político; no hay fortificaciones ni almacenes en orden, ylos soldados que son mantenidos en el presidio de La Guaira no saben observardisciplina ninguna, en fin, no se puede hacer cuenta sobre las defensas de estaProvincia.

Dios mediante, continuará.

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