
Luisa de Arranbide.
Los Eúskaros se han distinguido más por haber tenido Ideales que Líderes. Según don Joxé Miguel de Barandiarán, el Gizabidea (literal, Camino del Ser Humano) es el principal nexo de unión generacional del Pueblo vasco.
La denominada Revolución de Gual y España (1787-1800) estaba inspirada en la “Revolución” Francesa. Tuvo entre sus principales objetivos, la libertad de los esclavos por considerar libres e iguales a todos los seres humanos; la instauración en Venezuela de una república independiente de la monarquía castellana y la seguridad de la propiedad individual.
En ella participaron desde sus inicios diversos vascos como Mateo Gual (padre nacido en Gasteiz-Vitoria, pero de ascendencia navarra, Pueyo); Joaquín de Subero, Martín de Goinaga. Juan José de Mendiri, María Manuela de Otamendi, Paula de Azkárate, José Xabier de Aranzamendi, Francisco Antonio de Zabalza, Juan Bautista de Arrillaga, José Antonio de Azkárate, Gregorio de Irigoyen, Juan José de Izagirre, José Antonio de Landaeta, Francisco de Lanz, Miguel Antonio de Larruleta, Joaquín de Sorondo, Elzaburu, etc. Maestros, cirujanos, barberos, funcionarios de Hacienda, comerciantes, hacendados, marinos, empleados de La Guipuzcoana, etc.
Juan Xavier de Arranbide
Una de las casas donde se solían reunir para sus debates era la del Factor en La Guaira de la Compañía Guipuzcoana, Juan Xavier de Arranbide. Hombre polifacético de la total confianza del Capitán General de Venezuela, Pedro Carbonel. Destaquemos a este respecto el éxito obtenido en las negociaciones que llevó a cabo con el generalato inglés en Martinica para “una guerra franca libre de piraterías». El gobernador solicitó que se le concediese grado de capitán. Implicado en la Revolución, por su captura ofrecieron 6.000 pesos.
Se dice que Bolívar, Ustáriz, Montilla, Salias, entre otros mantuanos inquietos, participaron ocasionalmente en estas veladas. También se afirma que Simón estaba entusiasmado con la joven y atractiva Luisa, la cual no le prestó atención por “ser demasiado pretencioso”. Bolívar la describía como “la más bella criatura” y “bellísima Luisa Arranbide”. ¿Habría expresado Simón en aquellas tertulias ideas como esta? “… nosotros, que por otra parte no somos indios ni europeos, sino una especie media entre los legítimos propietarios del país y los usurpadores españoles: en suma, siendo nosotros americanos por nacimiento y nuestros derechos los de Europa, tenemos que disputar éstos a los del país y mantenernos en él contra la invasión de los invasores; así nos hallamos en el caso más extraordinario y complicado.”
Luisa de Arranbide: “Viva la patria, mueran los tiranos”
Al entrar Boves en Caracas, fue arrestada por averiguaciones de los asesinatos de 900 prisioneros y enfermos del hospital de La Guaira. Esa orden fue emanada de Bolívar y cumplida por Arismendi. Fue condenada a ser azotada hasta “rendir su último aliento”. Luisa Arranbide sufrió en la actual Plaza de Capuchinos la crueldad del látigo, desnuda y amarrada a un cañón. Se afirma que no derramó lágrima ninguna. También se dice que cuando le preguntaban los nombres de los asesinos, exclamaba: “Viva la Patria, mueran los tiranos”.
Fue tan severo el tormento que Simón Bolívar la dio por muerta; sin embargo, abocada al exilio, se desposó con su primo, Tomás Paccannis, procreando cinco hijos. Murió en Puerto Rico, dando a luz a su quinta hija, Luisa, siendo asistida por el doctor venezolano José María Vargas. Tenía 28 años.