Olentzero

Olentzero

Por Odón Ulibarrena

¿Olentzero? Ninguno de los presentes sabíamos aquel 24 de diciembre de 1964 (si la memoria no me falla), qué era Olentzero. Con 8 añicos, yo era uno de los txistularis, de los poquitos que acudimos al convento de los Capuchinos (obligados por nuestro aita igual que cuando íbamos al Conservatorio de Música Pablo Sarasate) en aquel primer Olentzero citadino de la historia moderna de Eskualherría. Fuimos dirigidos por el reverendo Hilario Olazarán y no nos preocupaban tanto los “grises” desplegados por el gobernador como el miedo al ridículo que íbamos a hacer participando en aquella fiesta vasca. ¿No solíamos cantar en Berrioplano, a un amiguito de Yábar que hablaba muy “torsido” castellano; “vasco ser,orejas de burro tener, ir a la escuela y no aprender”? Así era el ambiente de aquella Pamplona hipócrita, cruel, franquista y misógina; peroooooo…. ¡Cómo han cambiado las tornas!

Olentzero, Ólentzaro, Onentzaro, Orentzaro…

Oléntzaro se le decía en Orexa, Arakil y Lesaka. Onéntzaro en Andoain. Oléntzero en Bera, Irún, Oiartzun y Donostia. Oréntzaro en Zarautz. Orántzaro en los Valles de Leitza-Elduayen y Larraun.  Según Isasti, en el siglo XVII se denominaba Onentzaro a la Nochebuena y lo traduce como “sazón de los buenos”. R.M de Azkue leda el mismo significado. En otras zonas recibía nombres tan diversos como Xubilaro (Arakil), Suilaro (Sara), Xiularo(Uhart-Mixe), Suklaro (Valle de Salazar), Gallerre (Agurain yDulantzi), Puti-erre (Amarita), etc.

Según don José Miguel de Barandiarán, “lo que parece indudable es que Olentzaro es una época del año” añadiendo que “en Oyarzun, Lesaka, Leiza y Arakil,representan a Olentzaro con un maniquí hecho de paja y trapos y, colocado en andas, lo llevan por las casas para hacer la cuestación de Nochebuena: los niños, de día; los mayores, de noche. En Oyarzun existe también la costumbre de vestir de carbonero a un muchacho y llevarlo en andas por las casas en lugar de hacerlo con el maniquí. Lo mismo practicaban en Vera, Pasajes, Andoain y Elduayen.” En el Valle de Larraun era un gran trapo con tantos ojos como días el año, más uno.

En Oiartzun solían cantar: “Olentzero juantzaigu mendira lanera, intentzi yunarekin ikatz egitera. Aditu duenian Jesus jayo delá, lasterka etorri da, berriya ematera”  (Olentzero se nos ha ido a trabajar al monte, con la intención de hacer carbón. Cuando ha sabido que Jesús es nacido, corriendo ha venido, la noticia a traer). En Mezkiritz se celebra durante la Nochevieja y se canta: “Eguberri berrinik atorra berri, eguberri zar nik atorra zar: ¡mankarik ez, nik axolik ez!”(Día nuevo nuevo yo camisa nueva, día nuevo viejo yo camisa vieja: ¡sin mangas,yo de qué preocuparme, no!)

Rituales

Olentzero-enbor, Onontzaro mokor, Gabon-subil, Suklaro egur, son algunos de los nombres de uno o varios troncos (uno por cada miembro de la Casa en Eraso cuyos restos se colocan junto al difunto familiar) que se pone al fuego del hogar durante la Nochebuena adquiriendo poderes mágicos para la protección de la casa, de sus moradores e incluso de los animales, cuando se les hace pasar el día de Año Nuevo por encima de lo que ha quedado o se colocan sus restos en los establos para evitar enfermedades como la denominada “maminpartidu” en Otxandiano y Arratia. En Ibárruri eran esparcidaspor las heredades sus cenizas, en forma de cruz, para evitar ataques de animales dañinos para los cultivos.

Es necesario tener en cuenta lo expresado por don José Miguel: “Las prácticas relativas a Olentzaro –época, personaje, tronco de Nochebuena y fogatas- se asemejan a las de San Juan o solsticio de verano y reproducen las formas, un tanto cristianizadas, de varios ritos y ceremonias simbólicas o mágicas muy usuales en las religiones indoeuropeas”.

La equiparación de Olentzero a Papá Noël, San Nicolás y los reyes Magos, en cuanto a la funcionalidad de traer regalos es consecuencia del ansia “rebaskizadora” del Pueblo Vasco.  “Hurgando en el baúl de sus recuerdos” los Vascos proseguimos la recuperación de nuestra autoestima, iniciada a mediados del siglo XIX. Fervientemente ruego al Buen Dios que el posibilismo de los políticos profesionales no vuelva a trastocar el proceso ni se propague la enfermedad cultural denominada Costumbrismo.

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